El
pasado fin de semana, me apesadumbró ver a dos niñas, de unos 10 años, jugando
con sendas tablets en un bar. ¿Dónde
quedaron las ganas de salir a la calle e idear miles de juegos con los amigos?
Como
dice Linda Rogers: “El valor de un
hombre se mide por la forma en que él cría a sus hijos. Lo que les da, lo que
les quita, las lecciones que enseña, y las lecciones que les permite aprender
por su cuenta". Comparto su idea y añado que los hijos imitan
los comportamientos de sus padres.
Entiendo que esto es lo que ha sucedido en el caso de Mar
Benítez Climent, una niña natural de Castilleja de la Cuesta- Sevilla-, de tan
sólo 11 años, que ha visto cumplido uno de sus sueños: publicar un libro,
ilustrado por ella y novelado por sus padres, José y Águeda.
Ha sido un arduo trabajo, a lo largo de dos años, ya que sus padres
tienen sus propias ocupaciones. Pero, por fin, han visto materializado tanto
esfuerzo en un estupendo libro, donde se narra las aventuras de una pizpireta
y algo excéntrica niña, llamada Maruska y apodada “la Pirada”; todas ellas nacidas
de la imaginación de Mar.
Mejor, os lo ilustra ella misma:
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