martes, 4 de febrero de 2014

DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER

A través de la ventana, las gotas se suceden unas tras otras. Recuerdan a las lágrimas derramadas por aquellas personas que han combatido o están librando la batalla del maldito cáncer, sin olvidar a los familiares y amigos que les acompañan en tan arduo camino.

No me canso de reivindicar más recursos, tanto humanos como económicos, para la investigación que lleve a la cura de esta funesta enfermedad, que cada día imprime más motivos de preocupación.

He perdido seres muy queridos por culpa de ella. ¡Le tengo tanto odio! No hay día que no me acuerde del que he considerado uno de mis tíos, sin compartir sangre: Juan, una de las mejores personas que he tenido la suerte conocer; y, Pepi, la amiga del alma de mi madre, una persona ejemplar. Me consuela que su luz nos acompaña.

También le ha tocado de lleno a mi alma gemela. Afortunadamente, lo superó y la vida le ha recompensado con el mejor de los regalos: mi princesa de ojos verdes; que, a buen seguro, dejará una huella imborrable en este mundo.

Otras personas excepcionales están lidiando con este “monstruo”. Su actitud frente a él y la de las personas que las rodean es primordial.
Por favor, no es tarde para desarrollar buenos hábitos y llevar a cabo revisiones médicas. Sé que no es suficiente, pero sí necesario.

Hace unos meses, conocí la historia de la médica granadina Odile Fernández. Un ejemplo de superación y autora del libro “Mis Recetas anticáncer”, donde se pone de manifiesto la importancia de una correcta alimentación para complementar los tratamientos médicos en la lucha contra esta enfermedad. Su lectura resulta francamente interesante hasta para los que estamos sanos. Lo mejor es prevenir.

Sirva esta humilde reseña como homenaje a todos aquellos héroes que cada día se enfrentan o se han enfrentado a esta lacra que debe ser erradicada.

Paula Martínez Hernández. http://creocreo.es/

Ojalá sólo usemos la palabra cáncer para referirnos al signo del zodíaco y el 4 de febrero sea la fecha conmemorativa de la cura de esta enfermedad.
 
¡Toda mi fuerza!