domingo, 26 de mayo de 2013

Emilie Flöge

Aquella mañana de agosto amaneció soleada en Viena. El Palacio (alto) Belvedere (ÖsterreichischeGalerie Belvedere) lucía tan majestuoso como en sus años dorados.
En unas de las salas del fondo, de la planta superior, iluminada tan solo por un haz de luz, preside, imponente,  El beso (original en alemán: Der Kuss); probablemente la obra más conocida del pintor austríaco Gustav Klimt:  Ella, con el rostro sesgado y los ojos cerrados, parece a punto de resbalar. Él, la abraza y la besa, la sostiene para que no desvanezca.


 

Cuando se está ante este cuadro sublime, llegas a entender lo que Stendhal quiso expresar, tras su visita a la Basílica de la Santa Cruz en Florencia: “Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados”.
Existe más de una teoría acerca de los protagonistas de este hermoso lienzo. Una de las más defendidas es la que asegura que él es el mismo pintor y ella, Emilie Flöge.
Tal día como hoy, en 1952 moría, en Viena, esta diseñadora de moda perteneciente a la bohemia vienesa de finales del siglo XIX, cuñada de Ernest, hermano de Klimt.
 
Cierto es que Emilie posó en varias ocasiones para Klimt.
                                                          Retrato de Emilie Flöge, 1902.                         
 
Pero, nunca se supo con certeza si ambos fueron amantes. Eso sí, les unía una gran amistad.  
                                                  Emilie Flöge y Gustav Klimt, en Attersee.

Esta relación fue llevada a la gran pantalla, en 2006, por Raoul Ruiz; donde Veronica Ferres interpreta a Emilie Flöge y John Malkovich, al pintor.
Como refiere Elizabeth Hickey, en su libro ‘El beso. GustavKlimt tuvo una musa secreta. Esta es su historia’: “la frustración de no conocerlos [los verdaderos hechos] se ve compensada por la oportunidad de imaginarlos”.
 

domingo, 5 de mayo de 2013

TODOS LOS DÍAS SON DÍAS DE LA MADRE

Aquí va mi homenaje a todas las mamás y, en especial, a la mía: ¡Gracias por tu amor incondicional!

 
 
 
 
La mujer alemana y su bebé, de esta foto, son dos supervivientes de la "Marcha de la muerte de Łódź", que involucró a todos los alemanes autóctonos que vivían en esa ciudad polaca. Su expulsión en mitad del invierno hizo que muchos de ellos estuvieran a punto de morir. Ambos se encuentran entre los diez que sobrevivieron y llegaron a Berlín, de un grupo de 150 (14 de diciembre de 1945).
 
Estoy segura de que el amor de esta madre hizo que ambos sobrevivieran, pese al frío helador.