“Menos mal. Otra vez vuelven a emitir la
película en Sevilla. Uuf, después de dos meses de retraso, tengo la posibilidad
de verla”, pensé cuando el pasado miércoles supe que reponían “Vivir es fácil con los ojos cerrados” en
un cine sevillano.
Mi
pesar: no poder compartir una buena tarde “beatle” con Marta. Pero, disfruté
como una enana en el cine.
Una
clase de un clásico colegio de la España de 1966, germen de la generación que
logró el cambio. Antonio, un profesor de inglés, emprende un viaje, desde
Albacete hasta Almería, en el intento de conocer a John Lennon, que está
participando en el rodaje de la película dirigida por Richard Lester: ‘Cómo
gané la guerra’ (‘How I won the War’), una parodia de las películas de
guerras, en la que un inepto mando y su tropa de soldados inadaptados reciben
la orden de construir un campo de criquet en pleno desierto norteafricano, tras
la líneas enemigas.
En
el camino, al volante de un Seat 850 color verde, su destino se cruza con dos
jóvenes: Belén, malagueña que quiere escapar de un futuro que no ha elegido y, Juanjo,
un chaval de 16 años que se fuga de casa huyendo de las férreas reglas de su
padre. Los tres inician un viaje de sueños, libertades y de una amistad sincera
y llena del sentimiento más noble.
Esta
es una sinopsis breve y sin demasiadas florituras de la última película del
director David Trueba que, en tono road movie, esboza un retrato de nuestro país de aquellos años, sirviéndose de un episodio
vivido por Juan Carrión (“Antonio”, el protagonista de la película): profesor
titular de la Escuela Técnica de Empresariales de Cartagena reconvertido en
maestro de idiomas, que utilizaba las letras de los cuatro fantásticos
para enseñar el idioma de Shakespeare (como empecé a estudiar inglés a los 7
años. Una de las formas más amenas y funcionales).
Antes
que el inglés, había enseñado español a los soldados estadounidenses de la base
de Cartagena, y lo hacía mediante zarzuelas. "Me apasiona la música". Cuando se pasó a la enseñanza del
inglés -había estudiado en Oxford y residido largas temporadas en Londres-
comenzó con los Beatles, un grupo que le cautivó y que, además, "era muy famoso". Pero para
adelantarse a los éxitos, Carrión transcribía los temas mientras los escuchaba
en Radio Luxemburgo. Así que, se subió a un autobús con destino Almería, con la
firme convicción de entrevistarse con Lennon para darle las gracias porque “sus canciones eran una ayuda muy grande, y
para que viera lo importante que era tener toda la letra”. Cuaderno en
mano, tras casi una semana de intenso esfuerzo, logró lo que pretendía.
“Llegas tarde”, le dijo John Lennon a
Juan Carrión, mientras jugaba a la pelota con Michael Crawford, un compañero de
rodaje. Tras solo unos 40 minutos que duró la reunión, Juan logró que John rellenara
los espacios en blanco que contenían las letras de las canciones que con tanto
trabajo fue sacando de oído, con rotuladores de colores. Juan le trasladó la
necesidad de que los discos fuesen acompañados por un libreto con las letras de
las canciones. Pues, bien, a partir de entonces, con la publicación del mítico
y sublime “Sgt. Pepper's Lonely Hearts
Club Band” fue cuando comenzaron a
incluir los textos en la cubierta; así como, los otros seis trabajos de The
Beatles hasta su desgraciada disolución, para los fans como yo, en 1970.
Desde
aquel encuentro, a la academia de Juan fueron llegando álbumes con las letras y
las partituras, que todavía conserva como oro en paño.
En
julio de 2006, contó aquella historia en un curso de verano sobre The Beatles – ‘Los Beatles, su música y su tiempo’-
(Marta tiene mucho que contar al respecto. Guapísima en el vídeo, como siempre.
¡Gran trabajo!), organizado por el periodista Javier Adolfo Iglesias (uno de
los fundadores de la Asociación “John
Lennon Almería Forever”), que coordinó junto a la UAL y el Ayuntamiento de
Almería. El mismo que, recientemente ha publicado el libro “Juan y John. El profesor y Lennon en Almería
para siempre”. Su publicación estaba proyectada para el 2016, 50
aniversario de la estancia de Lennon en Almería y de la composición de 'Strawberry
Fields Forever'; pero, el estreno de la película de Trueba, ha modificado sus
planes: “Se corría el riesgo de que la
enorme difusión de la película de Trueba incitara a cualquier otra persona a
hacer el libro que ya estaba pensado, diseñado y registrado desde mucho tiempo
antes que la película y eso no hubiera sido justo ni para la historia real, ni
para Almería ni para mí por supuesto", afirma Javier Adolfo Iglesias.
“Vivir es fácil con los ojos cerrados” es
una película sencilla, llena de dulzura y de buenos actores. Como siempre,
Javier Cámara -“Antonio”- ejecuta un trabajo magnífico, digno de un Goya.
Me
encantaron detalles como el hijo de Ramón, el mismo Ramón (encarnado por Ramón Fontserè),
los actores por un día, autóctonos de la
zona, con su inconfundible acento. Sobre todo, el positivismo y la ternura del
protagonista. Frases como “mi madre me
enseñó a levantarme temprano. Alguien tiene que encender el sol, decía”; “Cada noche antes de dormir me leo un poema.
Es una forma de sacudirse la suciedad del día, como una ducha” me llegaron
de manera profunda. Pero, sin duda, me quedo con esta: “No hay que tener miedo. En este país hay mucha gente que vive con miedo
y a vosotros os toca dar un paso adelante y quitaros el miedo”.
La
mejor forma de cerrar esta entrada no es otra que recordando la canción cuya
sexta línea da título a esta película (“Living
is easy with eyes closed”)
y, cuyos primeros versos se gestaron durante la estancia de Lennon en Almería: «Strawberry Fields Forever».
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