martes, 30 de septiembre de 2014

Un viaje interestelar en el Hospital Sant Joan de Déu

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Quizá sea la edad, la etapa vital o simplemente, la imposición social. Sea la razón que fuere, con más frecuencia, me encuentro rodeada de la compañía de esos maravillosos seres diminutos y rebosantes de energía, que nos retrotraen a un estado que nunca deberíamos olvidar: nuestro niño interior.

Es fascinante su capacidad de asombro, de espontaneidad y de encontrar la felicidad en cada detalle. Ojalá no hubiésemos perdido la aptitud de perdonar, sin dejar lugar al rencor, al odio o a la envidia.

Contemplar la serenidad y la bondad a través de la mirada de un niño puede llegar a ser una de las sensaciones más gratificantes. No existe maldad en ellos. Podría pasarme horas observándolos y reaprender lo que he ido descuidando.

Ayer leí una de esas noticias que, a pesar del trasfondo, dibuja una sonrisa y obliga a reconocer la labor de los estupendos profesionales con lo que contamos en la Sanidad española. En el Hospital Sant Joan de Déu, en el municipio de Esplugues de Llobregat (Barcelona), los niños tienen las estrellas al alcance de su mano. Al entrar en el área de diagnóstico, pueden sumergirse en una aventura interestelar y olvidarse de las indoloras pero desagradables pruebas de imagen (TAC o resonancia magnéticas).

 
La decoración del servicio se ha desarrollado gracias a la tecnología de la empresa HP. El vicepresidente de HP y director general del Negocio de Impresión en gran formato industrial, Xavier García, ha destacado que "la tecnología utiliza un tipo de tinta que es totalmente inocua y que se puede utilizar en un espacio tan aséptico como un hospital".
Otras empresas que ha participado en el proyecto de forma altruista han sido Demibold, Print Zone, Avery Dennison y MacTac.



Fuente La Vanguardia

No es la primera acción original que lleva a cabo este hospital. Todos recordamos la campaña Seguiremos
Actualmente, podemos colaborar en esta plataforma: Amics de´l Hospital Sant Joan de Déu. Toda ayuda es poca para estos pequeños.


Se sufre mucho cuando un niño adolece de alguna enfermedad. Reconforta saber que existen personas que se preocupan por ellos y facilitan que disfruten de su infancia. 
Desde hacer tres años, entendí cuál era uno de los motivos más importantes por lo que la vida toma significado. Siempre me quedará María…

"La verdadera patria del hombre es la infancia".

                                                                                            Rainer Maria Rilke

 

2 comentarios:

Nono dijo...

Pensando en los niños y también en los adultos se me viene a la cabeza lo que ellos piensan sobre la felicidad, y es el caso que una vez, no recuerdo quien fue, citaba que una vez le preguntó a un niño que era para ellos la felicidad y contestó: Son los besos, las sonrisas y los abrazos. Y con eso ya no necesitan más. y cambiando totalmente de registro, recuerdo también una película en la que un médico siempre que hacia la ronda para ver a sus pacientes llevaba unos caramelos en los bolsillos y en cada parada iba dándole uno a cada uno de los enfermos. (bueno, menos a los diábeticos). Me pareció eso, que con pocos detalles se puede ser feliz, o al menos, la vida, de una manera más agradable en difíciles circunstancias.

Esther Gómez Quero dijo...

A fin de cuentas, es lo que se queda impreso en lo más profundo del cerebro: las sensaciones derivadas de la "piel con piel". Compartir una afectividad, que nos marcará de por vida.