La Mujer no necesita un día para ser recordada. Sus actos y actitudes deben ser suficientes para demostrar que somos válidas y con igualdad de derechos y deberes que el sexo masculino.
Quiero pensar que, en un futuro no muy lejano, noticias como la leída recientemente, en el periódico La Vanguardia (sin acritud hacia el Islam- leáse la entrada del pasado año -): “el imán aconsejó a su comunidad para llevar por el buen camino a sus mujeres cuando sean díscolas, según fuentes policiales. No se trata, dijo, de romperles los huesos o hacerlas sangrar. Lo mejor, añadió el clérigo, es golpearlas con un bastón, con los puños o las manos en distintas partes del cuerpo, según fuentes de la investigación”, no sean una realidad.
Hasta hace relativamente poco (1953), en nuestro país, la Mujer estaba expuesta a inverosimilitudes como esta (la música no puede ser más apropiada. Deteneos a escuchar la letra "Not fair, de Lily Allen):
No hay mejor antídoto que una buena autoestima. Como indican, en el siguiente vídeo: “Maltrato sutil”, con guión y locución de Daniel Jiménez e ilustraciones de Sonia Sanz Escudero y música de Carlos Jiménez (fuerte abundancia del laísmo, pero a los niños se les perdona todo…):
“La verdadera belleza es una actitud. Eres increíblemente preciosa cuando eres auténtica”.
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